El sábado por la mañana cogimos el metro en Manhattan para ir hasta el distrito de Brooklyn. El motivo fue un precioso jardín botánico que mi madre había descubierto en una guía de Nueva York que sacó de la biblioteca días previos a nuestro viaje. Tanto a mi madre como a mí nos encanta la naturaleza y, en concreto, los jardines botánicos y japoneses. Y este en Brooklyn tenía ambas cosas.
Seguramente, mucha de la gente que va a Nueva York no se detiene a ver este jardín, y la verdad es que merece la pena pasar un rato entre vegetación, fuera del tráfico neoyorkino. Es más grande que el que hay en Oxford y tiene rincones muy, muy bonitos.
Al principio hay un jardín de rosas, con muchos tipos diferentes y una especie de casita en blanco que parece de cuento de hadas.
Y caminando por el jardín, te vas encontrando numerosos árboles centenarios, con enormes troncos en los que puedes sentarte, como hice yo, y observar el árbol desde dentro.
Además, lo tienen muy bien cuidado y decorado, todo perfectamente dispuesto, muy bien señalizado y con mucho encanto. Esta escalera con flores (había otras tres o cuatro al lado) me pareció una preciosidad.
En la zona del restaurante, tienen tres zonas que recrean la vegetación típica del desierto, la de un bosque tropical, y la de uno mediterráneo. La más impresionante es la del bosque tropical, con sus enormes hojas y sus flores atípicas.
Además, pude fotografiar (como muchos fotógrafos que allí había, aunque yo a diferencia de ellos no llevaba una Réflex...) flores muy bonitas. Aquí tenéis algunas de ellas.
Otra zona que me encantó fue una que tienen dedicada a los nenúfares y a los bonsáis. Fuera, un estanque repleto de plantas de nenúfar, las cuales encontramos abiertas. Son increíbles...
Y, por allí pululando, una hermosa libélula. Una de las bonitas, grande, muy grande, y con reflejos azules y verdes...
En el interior, hay un espacio dedicado a los bonsáis. No imaginaba que hubiera tal variedad de ellos, a cada cual más interesante. Algunos parecen bosques en miniatura y otros me los llevaría para poner en el salón de mi casa, como el de la segunda fotografía o el de la tercera.
Y la otra parte del jardín botánico es un jardín japonés. Yo ya había visto el de Yamaguchi en Pamplona (el cual me encanta). El de Brooklyn es bastante grande, con muchos rincones desde los que ver el lago y parar a relajarte.
¿Y qué fue lo que comimos? Una ensalada con flor incluida, por supuesto.
¿Os gustan este tipo de jardines? ¿Habéis estado en alguno?
Un besote!!
-RaQueL T.G.-
Fotografías personales bajo copyright (ver final del blog)
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